La textura musical designa la forma de relacionarse las diversas voces que intervienen en una pieza musical (entendiendo como voces diversas líneas melódicas simultáneas, sean vocales o instrumentales). Las principales texturas musicales son:
- Monodia, textura monódica o textura monofónica: una sola línea melódica, sin acompañamiento alguno. Todos las voces e instrumentos cantan o tocan exactamente la misma melodía, al unísono o en octavas. Ejemplo: canto gregoriano.
- Heterofonía: suenan simultáneamente diversas variantes ornamentales de una misma línea melódica. Es frecuente en la música folclórica.
- Homofonía o textura homofónica: las diversas voces se mueven simultáneamente con los mismos valores rítmicos pero con diversas notas, formando acordes sucesivos. Ejemplos: motete Taedet animam meam de Tomás Luis de Victoria, Ave verum corpus de Mozart, o la mayor parte de los corales a cuatro voces de Bach.
- Polifonía, textura polifónica o textura contrapuntística: suenan simultáneamente varias voces independientes, de importancia similar y ritmos diversos. Si las voces se imitan unas a otras (esto es, cantan o tocan melodías similares pero con retraso unas respecto a otras) hablaremos de polifonía imitativa. Un caso estricto de polifonía imitativa es el canon. Ejplo.: motete Versa est in luctum, de Alonso Lobo.
- Melodía acompañada: una línea melódica principal es acompañada por voces y/o instrumentos que ejecutan melodías o acordes de importancia menor. Son ejemplo de esta textura casi todas las canciones populares (rock, pop...) o el repertorio flamenco.
- Textura no melódica: no pueden distinguirse melodías propiamente dichas
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